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Isabel de Aragón

Isabel de Portugal (Zaragoza, 1271- Estremoz, 1336), o Isabel de Aragón, fue reina de Portugal entre 1282 y 1325, declarada santa por la Iglesia católica. Hija del rey Pedro III de Aragón y de la reina Constanza II de Sicilia, se le puso el nombre de Isabel en honor a su tía-abuela, Isabel de Hungría.

Mujer muy devota desde la niñez, se casó el 24 de junio de 1282 con el rey Dionisio I de Portugal. De su matrimonio nacieron dos hijos:

  • La infanta Constanza de Portugal, esposa de Fernando IV de Castilla y madre y regente de Alfonso XI de Castilla.
  • El infante Alfonso (futuro Alfonso IV de Portugal).

La reina dedicó parte de su tiempo libre a atender a los enfermos, ancianos y mendigos, para los que ella misma confeccionaba ropa. Durante su reinado ordenó construir hospitales, escuelas gratuitas y refugios para huérfanos. Ordenó la construcción de un buen número de conventos. A pesar de la poca moral católica del rey Dionisio, este sentía tanta admiración por Isabel que la dejaba llevar su vida cristiana de forma libre, hasta el punto de que la reina distribuía de forma regular las monedas del Tesoro Real entre los más pobres. Isabel siguió estrechamente el ejemplo de su ancestro Santa Isabel de Hungría, adoptando su filosofía de vida cristiana hasta tal punto que la leyenda popular portuguesa adoptó el episodio de la transformación del pan en rosas de la princesa húngara, colocando como personajes principales al rey Dionisio y a su esposa.

En diversas ocasiones se trasladó hasta el campo de batalla para acabar con las disputas entre su marido y su hijo Alfonso. Se colocaba entre los dos y rezaba para que la pelea finalizara.

En 1325 Isabel enviudó y poco después realizó un viaje de peregrinación a Santiago de Compostela, ingresando a su vuelta en el convento de Santa Clara-a-Velha en Coímbra, que ella misma había fundado, donde tomó el hábito de las clarisas, pero sin hacer los votos de la orden, lo que le permitía mantener la administración de su fortuna, que dedicó a las obras de caridad.

Ya retirada, tuvo que volver a mediar, esta vez entre su hijo Alfonso y su nieto Alfonso XI de Castilla. Inició un viaje hacia el campo de batalla de Castilla para poner paz entre los dos familiares. A su regreso se encontró indispuesta y murió en Estremoz el 4 de julio de 1336. Sus restos fueron sepultados en su convento de Santa Clara-a-Velha en Coímbra; pero al resultar este progresivamente anegado por las aguas del río Mondego tuvieron que ser trasladados en el siglo XVII al nuevo convento de Santa Clara-a-Nova.

En 2009, se publicó La rosa de Coímbra (en Portugal Memórias da Rainha Santa) de la escritora española María Pilar Queralt del Hierro, biografía novelada de este personaje.

Tras su muerte se dice que se produjeron milagros. Fue beatificada en 1526 y canonizada por el papa Urbano VIII en 1625.

Su festividad fue introducida en el santoral católico, celebrándose el 4 de julio, día de su muerte. Posteriormente, en 1694 el papa Inocencio XII movió la fiesta al día 8 de julio, de modo que no coincidiera con la celebración de la Octava de los santos Pedro y Pablo (del 29 de junio al 6 de julio).

En 1955, Pío XII abolió la octava. El misal romano de 1962 cambió la categoría litúrgica de la festividad de santa Isabel de Portugal de «Doble» a «Tercera clase». La reforma de 1969 del calendario clasificó la festividad como memoria libre y la devolvió al 4 de julio.