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Meimei

eleva pues tu mirada y camina

Irma de Castro Rocha, Meimei, nació el 22 de octubre de 1922 en la ciudad de Mateus Leme, Minas Gerais, Brasil, desencarnando el 1 de octubre de 1946.

A los 2 años de edad se mudó con su familia a Itaúna, Mina Gerais, y a los 5 años de edad quedó huérfana de padre.

Se caracterizaba por una inteligencia y hermosura física y espiritual fuera de lo común debido al amor que tenía desde pequeña, inusual en los demás niños. Donde ella aparecía, era el centro de admiración debido a la belleza y encanto que irradiaba, no obstante, era modesta, sencilla y humilde, sin ser orgullosa ni vanidosa en su juventud por su encantadora figura y personalidad. Todo lo contrario, era sumamente caritativa, acercándose a las personas humildes para ofrecerles una palabra de cariño y estímulo, algo no común en las jóvenes de su edad.

Desde su infancia comenzó a tener problemas físicos serios, lo que se agravó con el tiempo, impidiéndole continuar estudiando cuando cursaba de manera brillante el segundo año de secundaria, siendo la primera de su clase. Sin embargo, nunca dejó la buena lectura, enriqueciendo el crecimiento de su espíritu maduro.

Modesta, pura y sencilla, se casó a los 22 años. Los que estuvieron el día de su casamiento cuentan un acontecimiento que dejó a todos boquiabiertos. Estaba Meimei con su vestido blanco y a la salida de la Iglesia, ya que además era una ferviente católica, todos vieron a un mendigo arrastrándose por el piso, sucio, maloliente, que viendo a Meimei se le acercó pidiéndole limosna. Ella, compasiva y con los ojos llenos de lágrimas lo miró y le dijo: «En este momento no tengo nada, ni siquiera traigo cartera, pero lo único que puedo darte es un beso», dicho esto, lo besó en la mejilla ante la mirada atónita de todos.

Dos años después, a sus 24 años de edad, partió hacia el mundo espiritual víctima de una nefritis crónica que arrastraba de niña.

Conocida bajo el apodo de Meimei, expresión china que significa amor puro, después de llegar a la patria espiritual, aproximadamente a los 50 días de su muerte física, comenzó a dictar varios libros a través de la psicografía de Chico Xavier, uno de los mayores médiums del cual se tiene noticias en estos siglos, quien psicografió cerca de 500 libros de diversos autores espirituales, desencarnando en Brasil en el 2002.

En la actualidad, Meimei trabaja en una colonia espiritual junto a su abuela y un numeroso grupo de mujeres, ayudando a niños y madres que partieron de la Tierra en condiciones no muy buenas, como también a numerosos adolescentes, auxiliándolos para su recuperación y preparación en vista de futuras reencarnaciones.

Estos datos surgen también en el libro Entre la tierra y el cielo, psicografía de Chico Xavier, quien describe, a través del Espíritu André Luiz, esta colonia llamada Hogar de la bendición y Meimei figura bajo el pseudónimo de Blandina, una de las tantas trabajadoras, quien mantiene enriquecedores diálogos con instructores espirituales en los capítulos IX, X y XI, explicando dicha tarea.